Escucho latidos en mi corazón,
susurros que me hacen sentirme un dios,
y durante este tiempo,
silencio mi pensamiento de escritor,
sentimiento de adoración y juicio de mentor,
pues paso a paso comprendo tus sueños encolerizados,
recuerdos amueblados y hechos aun no contemplados.
Mi don,un simple resto de tu participación,
indescriptible en ocasiones,
pero intensificado por tu momentanea aparición.
Hablo de los sueños de cada noche,
de sus historias que me enloquecen,
y que al llegar la mañana,
se vuelven turbios al comprender la realidad falseada.
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