miércoles, 6 de octubre de 2010

Comienzo

Ayer me encontre en el corazón de la nostalgía,en el silencio embravecido de la llama del otoño,del sin fín descabezado por la lujuría en caballo.

No es fácil encontrarse asi mismo cuando tristeza y felicidad caminan de la mano,pues el resurgir del sol carece de sentido si la añoranza de un ser querido da paso al olvido.

El recuerdo es nuestro más allegado súbdito,es quién nos presta la espada cuando aún la tenemos en mente,el bosque que no se marchita,la espera al poder ser concebida,por que caminar por el pensamiento mundano,no es sino traer al mundo una versión idealizada de lo que es nuestro yo intelectual.

Recorrer el sendero del olvido mantiene alejado al dolor embravecido,pero aún así,las huellas de haberlo padecido,es un regalo al que dejamos un sentimiento de cólera que al despertar no advertimos.

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