Caida tras caida,
piedra envejecida,
tu ausencía mi debilidad,
tu silencio odisea sin final.
Manchada la tela poco se puede hacer,
presto mis sueños a mi ilusión,
y mi imaginación, a un triste mentor,
el cual me enseño a ver imagenes en mi mente,
subrrealista a veces,
pero que a momentos se hacen grandes.
Talento marchitado,
presencia incomodada,
realidad falseada,
soy pescador de hombres sin cebo,
el leon que olvido comer presa,
y el escritor que ya no vive de sus textos,
pues el pobre se quedo sin ideas.
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