Arropare al viento con tu silencio,
Le contare cuentos al escritor adinerado,
Y volare por tus sueños mercantiles,
Porque lo que no sabes,
Es que cada noche grito tu nombre,
Para que tu corazón algún día pueda escucharme.
A palabras necias oídos sordos,
Igual ese es mi problema,
Pues quizás mis versos deban ser más directos
Y sencillos a la hora de leertelos.
La tormenta no amaina,
El dolor no cesa,
mi sentimiento no acaba,
¿Que será de mi?
Pues mi esencia quedo impresa en tu alma.
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