Agradecer hasta lo que no es posible hacerlo con palabras, forzarme a reír aún cuando todo parece improbable,cuando no hay más vuelta de hoja y que sin pretenderlo,es esa sonrisa animada de cada momento entristecido.
Un poeta labrado en amarguras cuya coraza fue descubierta y rendida, cazador de nada que dejo su arco y flechas para redimirse a su única presa imposible de olvidar. Depredador que olvido su voraz estomago por la facultad de amasar experiencias inolvidables que le hicieran disfrutar cada segundo de felicidad.
Una luna que dejo de ser vergonzosa dejando a un lado la nostalgia y mostrando su pequeña encrucijada de rendir dos palabras predispuestas a volverse vulnerable,pero ya no le importa, porque a veces un gracias no es suficiente y la promesa de ser la mejor en lo que se proponga no es sino el comienzo del principio de sus sueños.
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